Descripción
Los principales desprendimientos se localizan en formaciones de limolitas filálicas, werfenienses y margas eocenas, así como en depósitos sueltos cuaternarios. Las alteraciones más frecuentes son las que se producen en forma de flujos de lodo o escombros y derrumbes de macizos rocosos.
La causa principal de los desprendimientos es la evolución geomorfológica natural del territorio, que se manifiesta, por una parte, en la degradación de los relieves y, por otra, en el relleno de las depresiones con desplazamientos continuos de masas, tanto verticales como tangenciales, para alcanzar el equilibrio.
Otros tipos de deslizamientos están ligados a la alta degradación de ciertos litotipos, lo que conduce a la creación de capas arcillosas eluviales. Estas últimas pueden verse afectadas por fenómenos de deslizamiento, incluso en laderas de escasa inclinación, debido a las malas características geotécnicas de los materiales. También son frecuentes los desprendimientos por colapso o deslizamiento, sobre todo en las zonas de afloramiento de rocas calcáreo-dolomíticas, porfídicas y graníticas, ya sean de edad reciente o producidas en épocas muy antiguas.
Las causas de estos fenómenos son múltiples: discontinuidades litológicas, tectónicas y estratigráficas, hielo-deshielo, disolución kárstica y, por último, pero no por ello menos importante, temblores telúricos.
Entre las causas del aumento de la frecuencia de los fenómenos de deslizamiento de tierras, la antropización, con la perturbación del equilibrio natural que conlleva, adquiere cada vez más importancia. En efecto, el despoblamiento de algunas zonas de montaña, la concentración de los asentamientos en polos y la expansión de la red viaria, que por una parte ha privado de la acción de control y mantenimiento a amplias zonas, ahora en fase de rápida degradación, por otra ha creado zonas y núcleos más vulnerables, por estar demasiado densamente antropizados, aumentando los costes directos e indirectos de la prevención de los desprendimientos.
Una breve ilustración de la situación del territorio del Trentino muestra su vulnerabilidad potencial. Por lo tanto, para prevenir los corrimientos de tierras es necesario conocer su localización, los mecanismos de movimiento, sus causas y determinar las posibles medidas correctoras.