Descripción
El proyecto de los ciervos
La elevada densidad de ciervos en el Parque Nacional del Stelvio - Trentino provoca desequilibrios ecológicos sobre otras especies y sobre el bosque. Para minimizar estos desequilibrios, el Parque ha elaborado un proyecto especial con el objetivo de reducir el número de ciervos mediante el sacrificio selectivo (art. 11, párrafo 4, L.N. 394/91).
Así pues, dentro de los límites del Parque se pueden encontrar "selecontrollori", cazadores formados y autorizados a entrar en el área protegida para llevar a cabo el control numérico de los ciervos.
El regreso de los ciervos a Val di Sole y al Parque Natural del Stelvio
A principios del siglo XX, el ciervo casi se había extinguido en el territorio y se recuperó lentamente en la segunda mitad del siglo para volver a ser una presencia estable en los años 60/70; primero en Val di Sole y después dentro del Parque. La presencia del ciervo aumentó rápidamente hasta la década de 2000, para luego estabilizarse en función de factores dependientes de las nevadas y de la densidad de ciervos.
En la actualidad, la población ha alcanzado cifras de entre 1.500 y 3.000 ciervos en todo el Val di Sole, más de la mitad de los cuales se encuentran dentro de la zona protegida.
¿Cómo sabemos que hay tantos ciervos?
Los ciervos del Parque Nacional del Stelvio se controlan anualmente mediante censos de primavera y verano.
El censo de primavera, nocturno y con faro, tiene lugar cuando los ciervos bajan a los prados del fondo del valle en busca de hierba recién crecida. En esa ocasión, los operarios de los focos recorren rutas preestablecidas contando todos los animales que ven en los claros.
En el periodo estival, en cambio, los ciervos se cuentan durante los viajes de censo de rebecos. El uso de estos métodos de recuento combinados con modelos matemáticos permite obtener una estimación suficientemente precisa del número de ciervos y de la estructura de la población.
¿Qué ocurre si hay demasiados ciervos?
Las altas densidades de ciervos pueden generar diversos impactos en el ecosistema, por ejemplo la competencia con otras especies de la zona como el corzo o el rebeco. El aumento de ciervos supone, para otras especies de hábitos similares, una reducción de los recursos alimenticios y de los hábitats adecuados. Así, el corzo ha disminuido considerablemente en el parque en los últimos años.
Del mismo modo, el rebeco, al verse progresivamente privado de espacio y recursos por el ciervo rojo, que durante los meses de verano ha llegado a frecuentar los prados alpinos por encima de los 2.000 m -el hábitat típico del rebeco-, ha aumentado a su vez de altitud, ocupando zonas probablemente menos adecuadas para él. Esto también parece repercutir negativamente en la mortalidad y natalidad de estos animales.
El bosque también sufre las consecuencias del elevado número de ciervos que pastan en las copas de los jóvenes alerces, abetos y los escasos árboles de hoja ancha del parque, ralentizando o impidiendo su crecimiento. El estrato arbustivo también es reducido y menos rico en su biodiversidad característica. Un sotobosque menos rico significa, para animales como el corzo o el urogallo, una disminución de las posibilidades de encontrar refugio y alimento.
Esto provoca una pérdida considerable de la biodiversidad general y una simplificación del ecosistema del Parque.
Conservación y coexistencia
Una de las prioridades de un Parque Nacional es la conservación del medio ambiente y de la fauna que lo habita, pero también es primordial proteger las actividades del hombre, especialmente las relacionadas con la tradición. El objetivo del parque es, por tanto, encontrar la manera de proteger tanto a los animales y el medio ambiente como las actividades humanas.
La presencia masiva de ciervos repercute negativamente en las actividades agrícolas, hortícolas y forestales y provoca peligrosos accidentes de tráfico.